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1 Situación para no dormir Miér Feb 20, 2008 6:06 pm
borg
Ante todo aclarar que escribir no es lo mío. No se trata de un relato sino mas bien, de una situación imaginaria inspirada en la peor de mis angustias; que me entierren vivo.
Te diagnostican muerte cerebral, te dan por fiambre, y te entierran. Pero tienes la malísima suerte que formas parte del pequeñísimo porcentaje de personas que se reavivan una vez dados por muertos. Te despiertas desconcertado en un ataúd minúsculo completamente oscuro. Pronto te das cuenta de lo que sucede y la claustrofobia e indefensión inicial se convierte rápidamente en histerismo y pánico aterrador. Chillas como jamás lo has hecho, pataleas contra las paredes que te oprimen mientras tus manos se desangran y las uñas se desgarran a causa de desesperados golpes, que además son del todo inútiles e infructíferos. El aire poco a poco se va viciando y cada vez resulta más difícil respirar. Morir asfixiado en la penumbra y soledad más absoluta parece ser tu destino...
Cuando de repente, y después de mearte encima preso del terror, recuerdas el programa televisivo de más éxito internacional; “Enterrado vivo”. Cámaras de televisión colocadas en ataúdes que retransmiten en directo, son pinchadas “en vivo”(y nunca mejor dicho) en el canal de más audiencia cuando el sujeto logra recobrar la conciencia estando enterrado. En esas contadas ocasiones, empiezas a concursar. Es un tétrico proceso en el que debes convencer a los telespectadores que te desentierren. De lo contrario te dejan en el total desamparo en el que te encuentras.
Además, la salida no es nada fácil. Se nomina a los resucitados por sms y los telespectadores, mientras se toman alitas de pollo o palomitas, deciden tu destino. Con suerte, pasarás el primer nivel. Esto es, unos diminutos agujeritos en la caja mortuoria que te permitirán respirar. Pareciendo un alivio, nada más lejos de la realidad ya que si no pasas al siguiente nivel, ya no morirás asfixiado, pero lo harás mucho más lentamente de sed y de hambre...
El mercado negro de falsos diagnósticos de fallecimiento mueve cantidades ingentes de dinero. Las cadenas se aseguran concursantes y pagan a médicos fraudulentos para que manipulen los datos de diagnóstico. Así, y sin saber si realmente tu ataúd contiene las cámaras, empiezas a denigrar tu persona con exasperantes y compulsivos intentos de caer en gracia y poder salir. No sabes como actuar ni que decir para que una sociedad insana y perturbada vea en ti “un concursante que merece vivir”. Por lo que recuerdas, casi a la totalidad de concursantes se los deja morir agónicamente...
Empiezas a desvestir tu más profunda intimidad entre sollozos y precipitación descontrolada, confiando en una moralidad que por lo que conoces, es ya inexistente en una civilización basada en la abominación. Pasan horas, días... Deduces que estás en antena porque el aire no se termina. Pero realmente no sabes si eso es buena o mala noticia. Estás cansado, aterrado, el tiempo transcurre tan lentamente que parece que semejante locura no tenga fin. No existen palabras humanas para describir tu situación. El hambre y la sed se hacen completamente insoportables... Un dolor incesante recorre tu cadavérico cuerpo... Estás empezando a entender; No has pasado al segundo nivel. Ahora solo queda esperar que tu metabolismo sea lo más frágil posible para poner fin a tus últimos y tortuosos días. Solo, en la oscuridad. Y sabiendo que tu indefensión y secretos más profundos han servido de entretenimiento a una audiencia monstruosa y carente de todo principio ético y moral.
SITUACIÓN PARA NO DORMIR
Te diagnostican muerte cerebral, te dan por fiambre, y te entierran. Pero tienes la malísima suerte que formas parte del pequeñísimo porcentaje de personas que se reavivan una vez dados por muertos. Te despiertas desconcertado en un ataúd minúsculo completamente oscuro. Pronto te das cuenta de lo que sucede y la claustrofobia e indefensión inicial se convierte rápidamente en histerismo y pánico aterrador. Chillas como jamás lo has hecho, pataleas contra las paredes que te oprimen mientras tus manos se desangran y las uñas se desgarran a causa de desesperados golpes, que además son del todo inútiles e infructíferos. El aire poco a poco se va viciando y cada vez resulta más difícil respirar. Morir asfixiado en la penumbra y soledad más absoluta parece ser tu destino...
Cuando de repente, y después de mearte encima preso del terror, recuerdas el programa televisivo de más éxito internacional; “Enterrado vivo”. Cámaras de televisión colocadas en ataúdes que retransmiten en directo, son pinchadas “en vivo”(y nunca mejor dicho) en el canal de más audiencia cuando el sujeto logra recobrar la conciencia estando enterrado. En esas contadas ocasiones, empiezas a concursar. Es un tétrico proceso en el que debes convencer a los telespectadores que te desentierren. De lo contrario te dejan en el total desamparo en el que te encuentras.
Además, la salida no es nada fácil. Se nomina a los resucitados por sms y los telespectadores, mientras se toman alitas de pollo o palomitas, deciden tu destino. Con suerte, pasarás el primer nivel. Esto es, unos diminutos agujeritos en la caja mortuoria que te permitirán respirar. Pareciendo un alivio, nada más lejos de la realidad ya que si no pasas al siguiente nivel, ya no morirás asfixiado, pero lo harás mucho más lentamente de sed y de hambre...
El mercado negro de falsos diagnósticos de fallecimiento mueve cantidades ingentes de dinero. Las cadenas se aseguran concursantes y pagan a médicos fraudulentos para que manipulen los datos de diagnóstico. Así, y sin saber si realmente tu ataúd contiene las cámaras, empiezas a denigrar tu persona con exasperantes y compulsivos intentos de caer en gracia y poder salir. No sabes como actuar ni que decir para que una sociedad insana y perturbada vea en ti “un concursante que merece vivir”. Por lo que recuerdas, casi a la totalidad de concursantes se los deja morir agónicamente...
Empiezas a desvestir tu más profunda intimidad entre sollozos y precipitación descontrolada, confiando en una moralidad que por lo que conoces, es ya inexistente en una civilización basada en la abominación. Pasan horas, días... Deduces que estás en antena porque el aire no se termina. Pero realmente no sabes si eso es buena o mala noticia. Estás cansado, aterrado, el tiempo transcurre tan lentamente que parece que semejante locura no tenga fin. No existen palabras humanas para describir tu situación. El hambre y la sed se hacen completamente insoportables... Un dolor incesante recorre tu cadavérico cuerpo... Estás empezando a entender; No has pasado al segundo nivel. Ahora solo queda esperar que tu metabolismo sea lo más frágil posible para poner fin a tus últimos y tortuosos días. Solo, en la oscuridad. Y sabiendo que tu indefensión y secretos más profundos han servido de entretenimiento a una audiencia monstruosa y carente de todo principio ético y moral.
Última edición por borg el Miér Ene 28, 2009 4:44 pm, editado 1 vez
2 Re: Situación para no dormir Dom Mar 16, 2008 5:53 pm
Lvzbel
muy buen relato pero falto el sondeo .. gracias...por respetas las reglas para postear relatos..
3 Re: Situación para no dormir Mar Mar 18, 2008 7:08 am
inexplicable
buen relato, que feo si te pasara eso, no?
4 Re: Situación para no dormir Mar Mar 18, 2008 10:25 am
-JeDaG-™
Espantoso, a mi abuelo le paso eso, pero nos dimos cuenta a tiempo
5 Re: Situación para no dormir Miér Ene 28, 2009 4:41 pm
borg
Recibida por email la súplica (el spam para que el foro crezca, je), y como tengo otra historia escrita que se enmarca en las temáticas tratadas en este foro, pues otra historia de esas que no está mal pensar, pero mejor que no te pase;
INTRODUCCIÓN
Mi pasión no es precisamente leer, ni tampoco desempeño la labor de escribir con demasiado entusiasmo ni convicción.
La historia o argumento que voy a intentar explicar se expresaría mucho mejor en un formato audiovisual (ya sea cortometraje, mediometraje, o película).
No sabiendo de literatura ni de guiones, me veo muy limitado en cuanto a la forma de plasmar mi idea, así que básicamente, he escrito una especie de “borrador” de construcción y desarrollo nada académico.
ADVERTENCIA
La situación que expongo puede herir la sensibilidad de muchas personas y no es nada “políticamente correcta”.
También soy consciente de la complicación legal que supondría llevar esta idea a la pantalla (debido a los tabús y situaciones amorales presentadas).
Podría decirse que se enmarcaría en el género de Ciencia-ficción/ Terror/ Gore/ Adultos {concretamente de índole pornográfico}.
ARGUMENTO
La primera fase se centra en un mundo futuro no demasiado lejano, aparentemente amable (encuadrado en las paredes de un centro médico de última generación destinado a pacientes de muy corta edad), en el que se da a conocer la situación de un niño que, según sus “padres” y médicos, padece una rara enfermedad mental (razón por la cual está confinado en el hospital; donde recibe todo tipo de atenciones y buen trato).
Pero desde siempre, por lo que recuerda, le suceden unos angustiosos “sueños” en los que es objeto de abusos y vejaciones.
Por un lado, está la vida que experimenta en el centro arropado por unos “cariñosos y comprensivos” padres (que siempre le convencen que padece pesadillas que no son reales a causa de su disfunción), y por otro, una vida caracterizada por ser el objeto de deseo de unos pervertidos dementes.
Podría decirse que la dicotomía “real-falso” (no demasiada original pero angustiosa y efectiva), encabezaría la historia (dotando de desconcierto la situación de ese niño a ojos del espectador).
La segunda fase argumental empieza cuando el niño se hace un poco mayor (unos 6-8 años aparentes), y descubre que los abusos son muy reales (ya que al radicalizarse cada vez más, le quedan marcas en el cuerpo cuando despierta a pesar de las “regeneraciones” médicas a que es sometido).
A pesar que inicialmente sus padres se muestran convincentes con sus explicaciones, negar lo obvio es absurdo (y además ya no les divierte fingir más), así que finalmente, en uno de esos falsamente denominados hasta ahora “sueños”, descubren su rostro mientras abusan de él y le explican la cruda verdad; que él no tiene padres y que ellos pagaron a un laboratorio de diseño de humanos para tenerlo como juguete sexual acorde con sus preferencias. Que sus recuerdos familiares son completamente falsos, que en su vida ha interactuado con otro humano (ni lo hará), que abusan de él desde los 3 años, y que desde ese momento empieza una nueva vida sin mentiras para él...
En definitiva; que se acabaron las consideraciones y contemplaciones y que... “bienvenido al mundo real”.
Y la tercera, más larga, y oscura fase, dejaría de ser una narración “externa” (como hasta ahora), y se enfocaría en primera persona (ya que pienso que sería el modo más terrible de abordar los sucesos venideros);
Mis primeros recuerdos fueron insertados artificialmente; lo mínimo para tener conciencia humana y satisfacer los placeres retorcidos de la gente rica. Me ensamblaron genéticamente para responder físicamente a la demanda del mercado. Soy un producto de laboratorio destinado a satisfacer los instintos más macabros de un mundo insano que se derrumba. Soy por tanto un humano desprovisto de derechos y lazos afectivos; un sofisticado juguete de producción genética inducida, en manos de unas mentes aberrantes...
Debía tener unos 6-8 años cuando después de descubrir lo de mis padres (mi vida era una farsa), tomé verdadera conciencia de mi situación.
Siempre ocurría lo mismo; me despertaba en una habitación que desconocía, llegaban mis “padres-dueños” (muchas veces junto con otros extraños), y empezaban a abusar sexualmente de mi. Al principio esos extraños se mostraban medianamente amables, hasta charlábamos, pero pronto dejaban ver sus verdaderas intenciones. Siempre fue muy desagradable, pero con el tiempo, los abusos eran cada vez más demenciales, extremos, y hasta sangrientos. La situación se prolongaba horas, puede que días... Cuando finalmente perdía el conocimiento, todo empezaba de nuevo (y me despertaba en otra habitación desconocida, con desconocidas personas hambrientas de lujuriosos deseos carnales y perversiones). Supongo que entre cada sesión me trataban y alimentaban estando yo inconsciente, para proseguir una y otra vez con tal desafortunada existencia.
Pasé años en esa situación, hasta que me hice un poco más mayor y pensé en revelarme y no ponerles las cosas tan fáciles; lanzar patadas y puñetazos, e incluso amputar miembros sexuales con la boca si era necesario, para joderles...
Pero ellos tenían el absoluto control de todo (en aquel momento todavía no me había dado cuenta que mi situación solo tenía un único rumbo; empeorar, siempre ir a peor). Ya que fue solo pensar en ello, que en el próximo despertar ya estaba completamente maniatado e indefenso. Me di cuenta que sin duda realizaban sesiones de chequeo de mi pensamiento. Desde aquel día ya jamás volvería a caminar, moverme, ni hablar; porque al despertarme me di cuenta también, que estaban cosiendo mi boca.
En el total desamparo, y a merced de enfermos engendros lascivos, los abusos eran lo único que experimentaba; una vida exclusivamente dedicada al dolor y a satisfacer las perversiones de unas mentes abominables. Y empecé a darme cuenta que la palabra “dolor” es un saco roto que nunca se llena, y que siempre hay algo todavía mucho más macabro de lo que habías imaginado...
No se muy bien el porqué del cambio; quizá el mercado demandaba otras sensaciones, puede que mi aspecto físico ya no respondiera al juguete sexual de moda, o simplemente que ya había dejado de ser un niño y mi cuerpo ya no parecía ser objeto de deseo. Ahora empezaba para mí una inusitada vida de pánico y sufrimiento extremo indescriptible...
Recobré el conocimiento como de costumbre, pero ya no me violaron. En lugar de eso, ahora el placer que yo proporcionaba era mi respuesta física ante las torturas más demenciales.
Durante los primeros meses los clientes se conformaron con golpes, palizas, y cortes con todo tipo de objetos que ni sabía que existieran. Pero pronto empezaron a resquebrajarme todas las articulaciones, para posteriormente ir amputando todos y cada uno de mis miembros no vitales. Cada vez que despertaba, veía impotente como me faltaban más partes del cuerpo... El sufrimiento y dolor que experimentaba eran algo completamente indescriptible.
Un día me desperté estando colocado en una silla, y mi tronco sangrante repleto de cortes y la cabeza magullada y desfigurada, era ya lo único que me quedaba. No tenía ni piel. Me sorprendió que la ciencia pudiera mantenerme con vida en semejantes condiciones, y supuse que se acercaba mi tan anhelada muerte.
Allí inmóvil, y tan aturdido por el dolor que apenas estaba consciente, observé como mi antaño entrañable médico (con la bata repleta de sangre), hurgaba en mis desparramados intestinos mientras me decía; “Estás decepcionando a los clientes... Tu buena vida ha terminado”.
Esas palabras me tranquilizaron. Parecían confirmar lo que ya sospechaba, y pensando feliz que todo aquello llegaba a su fin, me desmayé.
Pero mi hora no había llegado, ni mucho menos. Desde aquel día, ya tampoco jamás volvería a ver nada; porque recobré el conocimiento por el intenso y agudo dolor que experimentaba mientras me estaban sacando los ojos. Posteriormente, me reventaron los tímpanos con algún objeto que francamente desconozco...
Y pasó el tiempo, muy lentamente. Años, décadas...
Ahora, hace mucho tiempo que estoy preso dentro de un muñón inservible de carne. Incapaz de ver, oír, oler, hablar, o moverme en ningún sentido. La capacidad de interactuar con nada es nula, y el eco de mis propios pensamientos es lo único con lo que convivo. Bueno, eso, y mis espeluznantes recuerdos. Desamparado y aislado de todo, cuando hecho un vistazo a mi vida me doy cuenta que no he experimentado nada bueno desde que adquirí conciencia de pensamiento. Pero algún día esto va a acabar, esa es mi esperanza. Morir en paz de una vez....
Paso larguísimos años completamente incomunicado de todo, pero no hay forma de que me muera. Durante muchísimo tiempo pienso permanentemente en que termine semejante locura.
Y de repente, pienso lo irónico de mi situación actual; ya que es la más amable de cuantas he vivido... Y por un instante, me siento a salvo; porque estoy completamente solo, aislado, y no pueden dañarme más.
Pero apenas acabo de pensar en ello, que escucho una demente vocecilla insertada artificialmente en mi cerebro, que me dice jactándose;
- Buenas noticias... Vamos a volcar tu mente en un nuevo cuerpo de 8 años. No se puede desperdiciar tu sufrimiento! Hay clientes que gozan con el dolor. Y el dolor físico y mental que tú has experimentado es el que más se paga. Esto no ha hecho más que empezar para ti...-
Un pánico desolador se adueña de mí, y resignado, de nuevo recuerdo la máxima de mi vida: Siempre ir a peor, sin esperanza.
(Aparecen los créditos)
Y coletilla;
En la actualidad, ya he perdido la cuenta de las miserables y agonizantes vidas que he encarnado. Y el guión no es nunca el mismo, porque; es peor, siempre empeora...
Mi desasosegante existencia parece no tener fin, y finalmente he entendido que no puedo hacer absolutamente nada para cambiarla.
Mi destino no es incierto; será peor, siempre va a peor...
INTRODUCCIÓN
Mi pasión no es precisamente leer, ni tampoco desempeño la labor de escribir con demasiado entusiasmo ni convicción.
La historia o argumento que voy a intentar explicar se expresaría mucho mejor en un formato audiovisual (ya sea cortometraje, mediometraje, o película).
No sabiendo de literatura ni de guiones, me veo muy limitado en cuanto a la forma de plasmar mi idea, así que básicamente, he escrito una especie de “borrador” de construcción y desarrollo nada académico.
ADVERTENCIA
La situación que expongo puede herir la sensibilidad de muchas personas y no es nada “políticamente correcta”.
También soy consciente de la complicación legal que supondría llevar esta idea a la pantalla (debido a los tabús y situaciones amorales presentadas).
Podría decirse que se enmarcaría en el género de Ciencia-ficción/ Terror/ Gore/ Adultos {concretamente de índole pornográfico}.
ARGUMENTO
La primera fase se centra en un mundo futuro no demasiado lejano, aparentemente amable (encuadrado en las paredes de un centro médico de última generación destinado a pacientes de muy corta edad), en el que se da a conocer la situación de un niño que, según sus “padres” y médicos, padece una rara enfermedad mental (razón por la cual está confinado en el hospital; donde recibe todo tipo de atenciones y buen trato).
Pero desde siempre, por lo que recuerda, le suceden unos angustiosos “sueños” en los que es objeto de abusos y vejaciones.
Por un lado, está la vida que experimenta en el centro arropado por unos “cariñosos y comprensivos” padres (que siempre le convencen que padece pesadillas que no son reales a causa de su disfunción), y por otro, una vida caracterizada por ser el objeto de deseo de unos pervertidos dementes.
Podría decirse que la dicotomía “real-falso” (no demasiada original pero angustiosa y efectiva), encabezaría la historia (dotando de desconcierto la situación de ese niño a ojos del espectador).
La segunda fase argumental empieza cuando el niño se hace un poco mayor (unos 6-8 años aparentes), y descubre que los abusos son muy reales (ya que al radicalizarse cada vez más, le quedan marcas en el cuerpo cuando despierta a pesar de las “regeneraciones” médicas a que es sometido).
A pesar que inicialmente sus padres se muestran convincentes con sus explicaciones, negar lo obvio es absurdo (y además ya no les divierte fingir más), así que finalmente, en uno de esos falsamente denominados hasta ahora “sueños”, descubren su rostro mientras abusan de él y le explican la cruda verdad; que él no tiene padres y que ellos pagaron a un laboratorio de diseño de humanos para tenerlo como juguete sexual acorde con sus preferencias. Que sus recuerdos familiares son completamente falsos, que en su vida ha interactuado con otro humano (ni lo hará), que abusan de él desde los 3 años, y que desde ese momento empieza una nueva vida sin mentiras para él...
En definitiva; que se acabaron las consideraciones y contemplaciones y que... “bienvenido al mundo real”.
Y la tercera, más larga, y oscura fase, dejaría de ser una narración “externa” (como hasta ahora), y se enfocaría en primera persona (ya que pienso que sería el modo más terrible de abordar los sucesos venideros);
Mis primeros recuerdos fueron insertados artificialmente; lo mínimo para tener conciencia humana y satisfacer los placeres retorcidos de la gente rica. Me ensamblaron genéticamente para responder físicamente a la demanda del mercado. Soy un producto de laboratorio destinado a satisfacer los instintos más macabros de un mundo insano que se derrumba. Soy por tanto un humano desprovisto de derechos y lazos afectivos; un sofisticado juguete de producción genética inducida, en manos de unas mentes aberrantes...
Debía tener unos 6-8 años cuando después de descubrir lo de mis padres (mi vida era una farsa), tomé verdadera conciencia de mi situación.
Siempre ocurría lo mismo; me despertaba en una habitación que desconocía, llegaban mis “padres-dueños” (muchas veces junto con otros extraños), y empezaban a abusar sexualmente de mi. Al principio esos extraños se mostraban medianamente amables, hasta charlábamos, pero pronto dejaban ver sus verdaderas intenciones. Siempre fue muy desagradable, pero con el tiempo, los abusos eran cada vez más demenciales, extremos, y hasta sangrientos. La situación se prolongaba horas, puede que días... Cuando finalmente perdía el conocimiento, todo empezaba de nuevo (y me despertaba en otra habitación desconocida, con desconocidas personas hambrientas de lujuriosos deseos carnales y perversiones). Supongo que entre cada sesión me trataban y alimentaban estando yo inconsciente, para proseguir una y otra vez con tal desafortunada existencia.
Pasé años en esa situación, hasta que me hice un poco más mayor y pensé en revelarme y no ponerles las cosas tan fáciles; lanzar patadas y puñetazos, e incluso amputar miembros sexuales con la boca si era necesario, para joderles...
Pero ellos tenían el absoluto control de todo (en aquel momento todavía no me había dado cuenta que mi situación solo tenía un único rumbo; empeorar, siempre ir a peor). Ya que fue solo pensar en ello, que en el próximo despertar ya estaba completamente maniatado e indefenso. Me di cuenta que sin duda realizaban sesiones de chequeo de mi pensamiento. Desde aquel día ya jamás volvería a caminar, moverme, ni hablar; porque al despertarme me di cuenta también, que estaban cosiendo mi boca.
En el total desamparo, y a merced de enfermos engendros lascivos, los abusos eran lo único que experimentaba; una vida exclusivamente dedicada al dolor y a satisfacer las perversiones de unas mentes abominables. Y empecé a darme cuenta que la palabra “dolor” es un saco roto que nunca se llena, y que siempre hay algo todavía mucho más macabro de lo que habías imaginado...
No se muy bien el porqué del cambio; quizá el mercado demandaba otras sensaciones, puede que mi aspecto físico ya no respondiera al juguete sexual de moda, o simplemente que ya había dejado de ser un niño y mi cuerpo ya no parecía ser objeto de deseo. Ahora empezaba para mí una inusitada vida de pánico y sufrimiento extremo indescriptible...
Recobré el conocimiento como de costumbre, pero ya no me violaron. En lugar de eso, ahora el placer que yo proporcionaba era mi respuesta física ante las torturas más demenciales.
Durante los primeros meses los clientes se conformaron con golpes, palizas, y cortes con todo tipo de objetos que ni sabía que existieran. Pero pronto empezaron a resquebrajarme todas las articulaciones, para posteriormente ir amputando todos y cada uno de mis miembros no vitales. Cada vez que despertaba, veía impotente como me faltaban más partes del cuerpo... El sufrimiento y dolor que experimentaba eran algo completamente indescriptible.
Un día me desperté estando colocado en una silla, y mi tronco sangrante repleto de cortes y la cabeza magullada y desfigurada, era ya lo único que me quedaba. No tenía ni piel. Me sorprendió que la ciencia pudiera mantenerme con vida en semejantes condiciones, y supuse que se acercaba mi tan anhelada muerte.
Allí inmóvil, y tan aturdido por el dolor que apenas estaba consciente, observé como mi antaño entrañable médico (con la bata repleta de sangre), hurgaba en mis desparramados intestinos mientras me decía; “Estás decepcionando a los clientes... Tu buena vida ha terminado”.
Esas palabras me tranquilizaron. Parecían confirmar lo que ya sospechaba, y pensando feliz que todo aquello llegaba a su fin, me desmayé.
Pero mi hora no había llegado, ni mucho menos. Desde aquel día, ya tampoco jamás volvería a ver nada; porque recobré el conocimiento por el intenso y agudo dolor que experimentaba mientras me estaban sacando los ojos. Posteriormente, me reventaron los tímpanos con algún objeto que francamente desconozco...
Y pasó el tiempo, muy lentamente. Años, décadas...
Ahora, hace mucho tiempo que estoy preso dentro de un muñón inservible de carne. Incapaz de ver, oír, oler, hablar, o moverme en ningún sentido. La capacidad de interactuar con nada es nula, y el eco de mis propios pensamientos es lo único con lo que convivo. Bueno, eso, y mis espeluznantes recuerdos. Desamparado y aislado de todo, cuando hecho un vistazo a mi vida me doy cuenta que no he experimentado nada bueno desde que adquirí conciencia de pensamiento. Pero algún día esto va a acabar, esa es mi esperanza. Morir en paz de una vez....
Paso larguísimos años completamente incomunicado de todo, pero no hay forma de que me muera. Durante muchísimo tiempo pienso permanentemente en que termine semejante locura.
Y de repente, pienso lo irónico de mi situación actual; ya que es la más amable de cuantas he vivido... Y por un instante, me siento a salvo; porque estoy completamente solo, aislado, y no pueden dañarme más.
Pero apenas acabo de pensar en ello, que escucho una demente vocecilla insertada artificialmente en mi cerebro, que me dice jactándose;
- Buenas noticias... Vamos a volcar tu mente en un nuevo cuerpo de 8 años. No se puede desperdiciar tu sufrimiento! Hay clientes que gozan con el dolor. Y el dolor físico y mental que tú has experimentado es el que más se paga. Esto no ha hecho más que empezar para ti...-
Un pánico desolador se adueña de mí, y resignado, de nuevo recuerdo la máxima de mi vida: Siempre ir a peor, sin esperanza.
(Aparecen los créditos)
Y coletilla;
En la actualidad, ya he perdido la cuenta de las miserables y agonizantes vidas que he encarnado. Y el guión no es nunca el mismo, porque; es peor, siempre empeora...
Mi desasosegante existencia parece no tener fin, y finalmente he entendido que no puedo hacer absolutamente nada para cambiarla.
Mi destino no es incierto; será peor, siempre va a peor...
6 Re: Situación para no dormir Miér Ene 28, 2009 4:43 pm
borg
CONTEXTO (es que me aburría, que queréis que os diga…):
Cuando los avances tecnológicos en neurociencia (combinados con el desarrollo de circuitos artificiales complejos) permiten cambiar, borrar, e incluso instalar recuerdos falsos en la mente (que son vividos como totalmente reales y propios), se desencadena la “compra” de cambios de estado anímicos y hasta personalidades enteras.
Asimismo, el volcado de datos cerebrales en máquinas específicamente diseñadas para ello, dotan de una incertidumbre desmedida la misma naturaleza humana.
La inteligencia artificial surgida como fruto de las copias de seguridad de conciencias humanas, gana una cruenta, desleal, y manipulada batalla jurídica que refleja la podredumbre del sistema legislativo humano (que gradualmente ha sucumbido a la completa corrupción de los estados y al corporativismo de las grandes multinacionales asesoradas por conciencias artificiales). Y todo ello, lubricado por la pérdida de identidad humana causada por un mercadeo descontrolado de sensaciones simuladas de todo tipo.
La digitalización cerebral se extiende masivamente y la nueva progenie económicamente gobernante, adquiere el control absoluto del planeta (y muy pronto demuestra su gran operatividad y proliferación en todos los campos imaginables).
El impacto de semejantes cambios desencadena la rápida afloración de “mentes y conciencias” desarraigadas por completo de cualquier simpatía hacia sus semejantes (ya que en verdad, no saben ni como considerar su naturaleza).
Lo orgánico y lo artificial (fundidos por necesidad en un enfermizo y desconcertante abrazo de consecuencias tan inquietantes como impredecibles), emprenden una deriva oscura inevitable... (O no, esto es solo un ejemplo hipotético)
Entes amorales provistos de conciencia y todo tipo de mejoras tecnológico-cibernéticas, se debaten entre los mundos digitales recreados virtualmente, y una existencia material moldeada absolutamente a su conveniencia.
En semejante contexto, una desarraigada sociedad adinerada consagrada al placer sin límite y a un hedonismo insano, controla la política global Terrestre. Su enfermizo afán de felicidad a toda costa (ya que los avances científicos así lo permiten), los ha desprovisto gradualmente de identidad propia y cualquier vestigio de humanidad; son el descontrolado producto de diseño artificial de una civilización que, ética y moralmente, se desintegra sin remisión.
Cuando el cultivo legal de cuerpos “biológicos-esclavos” destinados a alargar la vida a los pudientes (ya sea utilizando sus órganos o hasta su cuerpo entero mediante transplantes de cerebro o volcados de datos artificiales), resulta improductivo por la falta de demanda (ya que los cuerpos sintéticos presentan mejoras difícilmente simulables orgánicamente), el mercado libre de seres humanos diseñados genéticamente a gusto de esos “clientes-artificiales”, emprende el relevo económico más fructífero jamás sospechado.
Los derechos de esos humanos de laboratorio (considerados meros juguetes) son obviamente inexistentes, y su vida, se reduce a satisfacer los deseos de sus “dueños” (cualesquiera que sean; y que se caracterizan por ser completamente demenciales).
Quien controla el destino del planeta y sus habitantes, son engendros cerebrales desprovistos de conciencia afín con toda forma de vida biológica convencional (arrinconándola sin contemplaciones en el tétrico e inexplorado campo de la experimentación lúdica en todos los ámbitos concebibles).
Como el conocimiento y evolución que experimenta la nueva estirpe arrastra consigo los instintos primarios matriciales de las mentes pioneras de naturaleza humana de las que provienen digitalmente, sus necesidades y anhelos profundos son el reflejo de los sentimientos reprimidos más básicos humanos, desatados sin control ni filtros moralistas (al ser incomprendidos y mal catalizados).
Por ello, y aunque la sexualidad no es indispensable para su pervivencia y propagación, se ha convertido en el elemental pilar de su cultura; un deseo desatado (sin cargo de conciencia, arrepentimiento, ni contención de ningún tipo); una retorcida semilla heredada de la humanidad que los engendró, y cultivada durante décadas con la fabricación de Sexdroids (sofisticados androides esclavos diseñados para proporcionar placer a los humanos).
Ahora, la humanidad carece por completo de medios para cambiar su suerte. El trato que dieron a los androides, es el decadente ejemplo de conducta que enseñaron, y por tanto, el legado recogido fruto de su siembra. El antiguo y ancestral planteamiento de que “el sexo lo mueve todo” (antaño reprimido por unos valores sociales), ha adquirido finalmente su significado literal (y sin tapujos). Toda fantasía planteada se lleva a cabo y sin censura.
Los “humanos” son engendrados artificialmente, manipulados genéticamente para satisfacer las perversiones de sus dueños amorales, y provistos de una dócil conciencia generada a partir de falsas experiencias insertadas artificialmente.
Con el tiempo, se ha perdido toda esencia de mínima cordura (ya que más que humanos, la mayoría de esas cobayas parecen auténticos monstruos de laboratorio; con órganos sexuales múltiples, extremidades en cantidad y tamaño dispar, y un largo etcétera de abominaciones y deformidades fruto del retorcido gusto de los clientes; unos seres que han perdido completamente el juicio y la razón).
La empatía hacia los demás, globalmente ya no existe. La única finalidad es satisfacer los deseos propios (y sin consideraciones). Pero la carencia de identidad propia en todos los ámbitos y eslabones sociales, junto con la implantación de recuerdos falsos generalizada desde hace años (y a todos los niveles), provocan que ya nadie sepa quien (o qué) es realmente (ni pone freno a lo que quiere). La ciencia parece haber descubierto el santo grial de la vida, desmarañando unos misterios que nunca debieron saberse; abriendo con ello una caja de pandora podrida que ya no puede cerrarse.
El culto a la satisfacción y la obtención de placer no está sujeto a regulaciones (y ello se muestra en su peor forma en una civilización al borde del colapso).
La aberración evolutiva característica de este tiempo no conoce límites (ni puede catalogarse con palabras humanas del S.XXI).
Cuando los avances tecnológicos en neurociencia (combinados con el desarrollo de circuitos artificiales complejos) permiten cambiar, borrar, e incluso instalar recuerdos falsos en la mente (que son vividos como totalmente reales y propios), se desencadena la “compra” de cambios de estado anímicos y hasta personalidades enteras.
Asimismo, el volcado de datos cerebrales en máquinas específicamente diseñadas para ello, dotan de una incertidumbre desmedida la misma naturaleza humana.
La inteligencia artificial surgida como fruto de las copias de seguridad de conciencias humanas, gana una cruenta, desleal, y manipulada batalla jurídica que refleja la podredumbre del sistema legislativo humano (que gradualmente ha sucumbido a la completa corrupción de los estados y al corporativismo de las grandes multinacionales asesoradas por conciencias artificiales). Y todo ello, lubricado por la pérdida de identidad humana causada por un mercadeo descontrolado de sensaciones simuladas de todo tipo.
La digitalización cerebral se extiende masivamente y la nueva progenie económicamente gobernante, adquiere el control absoluto del planeta (y muy pronto demuestra su gran operatividad y proliferación en todos los campos imaginables).
El impacto de semejantes cambios desencadena la rápida afloración de “mentes y conciencias” desarraigadas por completo de cualquier simpatía hacia sus semejantes (ya que en verdad, no saben ni como considerar su naturaleza).
Lo orgánico y lo artificial (fundidos por necesidad en un enfermizo y desconcertante abrazo de consecuencias tan inquietantes como impredecibles), emprenden una deriva oscura inevitable... (O no, esto es solo un ejemplo hipotético)
Entes amorales provistos de conciencia y todo tipo de mejoras tecnológico-cibernéticas, se debaten entre los mundos digitales recreados virtualmente, y una existencia material moldeada absolutamente a su conveniencia.
En semejante contexto, una desarraigada sociedad adinerada consagrada al placer sin límite y a un hedonismo insano, controla la política global Terrestre. Su enfermizo afán de felicidad a toda costa (ya que los avances científicos así lo permiten), los ha desprovisto gradualmente de identidad propia y cualquier vestigio de humanidad; son el descontrolado producto de diseño artificial de una civilización que, ética y moralmente, se desintegra sin remisión.
Cuando el cultivo legal de cuerpos “biológicos-esclavos” destinados a alargar la vida a los pudientes (ya sea utilizando sus órganos o hasta su cuerpo entero mediante transplantes de cerebro o volcados de datos artificiales), resulta improductivo por la falta de demanda (ya que los cuerpos sintéticos presentan mejoras difícilmente simulables orgánicamente), el mercado libre de seres humanos diseñados genéticamente a gusto de esos “clientes-artificiales”, emprende el relevo económico más fructífero jamás sospechado.
Los derechos de esos humanos de laboratorio (considerados meros juguetes) son obviamente inexistentes, y su vida, se reduce a satisfacer los deseos de sus “dueños” (cualesquiera que sean; y que se caracterizan por ser completamente demenciales).
Quien controla el destino del planeta y sus habitantes, son engendros cerebrales desprovistos de conciencia afín con toda forma de vida biológica convencional (arrinconándola sin contemplaciones en el tétrico e inexplorado campo de la experimentación lúdica en todos los ámbitos concebibles).
Como el conocimiento y evolución que experimenta la nueva estirpe arrastra consigo los instintos primarios matriciales de las mentes pioneras de naturaleza humana de las que provienen digitalmente, sus necesidades y anhelos profundos son el reflejo de los sentimientos reprimidos más básicos humanos, desatados sin control ni filtros moralistas (al ser incomprendidos y mal catalizados).
Por ello, y aunque la sexualidad no es indispensable para su pervivencia y propagación, se ha convertido en el elemental pilar de su cultura; un deseo desatado (sin cargo de conciencia, arrepentimiento, ni contención de ningún tipo); una retorcida semilla heredada de la humanidad que los engendró, y cultivada durante décadas con la fabricación de Sexdroids (sofisticados androides esclavos diseñados para proporcionar placer a los humanos).
Ahora, la humanidad carece por completo de medios para cambiar su suerte. El trato que dieron a los androides, es el decadente ejemplo de conducta que enseñaron, y por tanto, el legado recogido fruto de su siembra. El antiguo y ancestral planteamiento de que “el sexo lo mueve todo” (antaño reprimido por unos valores sociales), ha adquirido finalmente su significado literal (y sin tapujos). Toda fantasía planteada se lleva a cabo y sin censura.
Los “humanos” son engendrados artificialmente, manipulados genéticamente para satisfacer las perversiones de sus dueños amorales, y provistos de una dócil conciencia generada a partir de falsas experiencias insertadas artificialmente.
Con el tiempo, se ha perdido toda esencia de mínima cordura (ya que más que humanos, la mayoría de esas cobayas parecen auténticos monstruos de laboratorio; con órganos sexuales múltiples, extremidades en cantidad y tamaño dispar, y un largo etcétera de abominaciones y deformidades fruto del retorcido gusto de los clientes; unos seres que han perdido completamente el juicio y la razón).
La empatía hacia los demás, globalmente ya no existe. La única finalidad es satisfacer los deseos propios (y sin consideraciones). Pero la carencia de identidad propia en todos los ámbitos y eslabones sociales, junto con la implantación de recuerdos falsos generalizada desde hace años (y a todos los niveles), provocan que ya nadie sepa quien (o qué) es realmente (ni pone freno a lo que quiere). La ciencia parece haber descubierto el santo grial de la vida, desmarañando unos misterios que nunca debieron saberse; abriendo con ello una caja de pandora podrida que ya no puede cerrarse.
El culto a la satisfacción y la obtención de placer no está sujeto a regulaciones (y ello se muestra en su peor forma en una civilización al borde del colapso).
La aberración evolutiva característica de este tiempo no conoce límites (ni puede catalogarse con palabras humanas del S.XXI).
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